sábado, 10 de enero de 2009

PRETENDÍA ESCRIBIR SOBRE ASUNTOS PLACENTEROS...



Cuando comencé este Blog no esperaba incluir en el tantos lazos negros. De alguna manera deseaba convertirlo en un lugar de comentarios literarios, poéticos, amistosos, gastronómicos... quería dejar a un lado, o para otro lugar, reflexiones sobre temas candentes de la vida a los que ya he dedicado quizá demasiado tiempo y demasiadas líneas, y no solo, aunque también, por el riesgo de repetirme, sino por darme un respiro y por dárselo también a las personas que tienen la atención de leer lo que escribo.
Creo que todas las personas tenemos diferentes facetas personales que mostramos más o menos según las circunstancias, y estoy convencida de que el aspecto más lúdico de mi persona es el más oculto y el más contenido, y quería mostrarlo. Sé, además, que mi afición literaria es más desconocida que mis inquietudes feministas, y también deseaba haberle dado prioridad, además de hablar de mi último libro publicado, Placeres Recuperados, como hacen –y muy bien –todos los escritores y escritoras: promocionar su propia obra.
Pues bien, no he sido capaz. Una vez más los hechos de la vida han tirado de mí obligándome a escribir también aquí, al hilo de los acontecimientos, sobre el drama que sigue pesando sobre las mujeres por el hecho de serlo: la violencia y la muerte.
Y me habría gustado despedir el 2008 sin el horror de los últimos asesinatos de congéneres en diciembre, sin contabilizar 70 víctimas de la violencia de género. También habría querido iniciar el 2009 sin el brutal asedio sobre Gaza, caminar por el recién nacido enero sin el espanto de tantos cadáveres de niños y niñas, de civiles inocentes, de palestinos desgraciados cuya masacre no puede silenciar sin vergüenza ninguna persona de bien y menos bajo el paraguas de ideologías progresistas. Querría haber empezado 2009 con un atisbo de esperanza respecto a la situación que viven las Mujeres Afganas -por citar solo algunas de las más desdichadas- y poder hacer más alegre esta primera entrada del Nuevo Año, pero me resulta imposible sustraerme a tanto sufrimiento humano, callarme ante tanta brutalidad, ante tanta injusticia, ante tanto silencio cómplice, dejar de ser una vocecilla más clamando en el desierto de la indiferencia, de las luces festivas y de las compras, y de las lamentaciones sobre la crisis de quienes apenas la padecen. Pero sin duda, para eso, tendría que haber nacido de nuevo.
De modo que empiezo este año dejando aflorar mi rostro más serio, la congoja de mi alma ante tanto dolor humano, y el sueño de respuestas posibles que no se otean, pero que demando con toda la exigencia que me pide el sentido de la responsabilidad social que no renuncia a ser prioritaria en mis planes.
Así que el rumbo de mi Blog tampoco va marcarlo mi voluntad ni mis intereses este nuevo año. No tengo claro su itinerario, pero aún así, espero poder ofrecerle a quienes me siguen espacios más relacionados con su titulo. Tal vez el próximo.

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