miércoles, 16 de febrero de 2011

NO SOLO HAY PESTILENCIA EN ITALIA...


Ni en Galicia ni en Italia ni en España.
La corrupción apesta, eso es innegable.
Pero si nos armamos de coraje,
impulsaremos un viento poderoso
que aligere la pesadez del aire,
que nos permita recordar olores
de esperanzadas primaveras.
Estrenos de libertad sin condiciones,
amparados en palabras nuevas,
olvidando prácticas añejas
de nepotismo y corruptelas.
Si nos armamos de coraje
ahuyentaremos juntos en las urnas
mercados de voluntades,
desterraremos Gúrteles,
bolsos de lujo y trajes
a cambio de favores.
Y volverán las viejas primaveras
con nuevas ilusiones.

Con la cabeza alta, podremos ir a Italia, y apoyar a esas mujeres que le han plantado cara al macho viejo y corrupto que ensucia su imagen, que están hartas de velinas, de orgías romanas pagadas con fondos públicos, de leyes hechas a medida de un payaso lujurioso, que impiden que le alcance la justicia, que le permiten amasar fortunas y controlar los Medios, ahogando la libertad de expresión y la legítima discrepancia.
Las últimas noticias de Italia nos dicen que las mujeres están hartas de todo tipo de corrupción encarnada en Berlusconi, no solo de la que atenta contra el Sexto, porque la otra es igual de grave, y han tomado la iniciativa. Hombres honestos y valientes las acompañan, pero ellas han iniciado la protesta para recuperar la dignidad de un hermoso país lleno de arte, de cultura y de gloria. Y el hecho es una esperanzadora noticia, que nos dice que también queda gente honesta en Italia.
Como queda en Galicia, pese a la bochornosa compra de voluntades que ejerce un poderoso cacique, que hasta comulga en entierros multitudinarios, pese a que sus pecados contra el Séptimo son públicos. ¿O es que utilizar dinero público en puestos de trabajo innecesarios, que alimenten estómagos agradecidos a cambio de votos, no es hurto? Tal vez he olvidado otros mandamientos y no es ese el quebrantado, pero el hecho no deja de ser pecado grave. Claro que en medio de cada llamada al voto puede haber confesión, propósito de enmienda, absolución y así hasta las próximas en que volveremos a pecar aumentando la plantilla. Eso es lo bueno del Catolicismo y de la confesión.
Además, como Galicia no es Egipto, como dice Suso de Toro, “no hay peligro de una revuelta”. Es una pena, porque una revuelta pacifica para sacar los colores al Caciquismo no sería antidemocrática. Pero también en Galicia hay otra que gente, como el mencionado escritor, que desea alzar su voz, hacer oír su opinión en contra de la pestilencia que desprende el grupo organizado que constituye la privada Diputación de Ourense. Que no forma ni quiere formar parte de los beneficiados por la Xunta en la privatización de la Sanidad y los Servicios Sociales. También hay en Galicia gente que quiere respirar aire limpio, que ve impotente como se destruye la Educación Pública, que se lamenta de unos Medios afines a este desmadre, que tapan y tapan, y solo cuentan lo que no pueden ocultar de tanto que la podredumbre rebosa.
Galicia no es Egipto, pero en las urnas debería de haber una revuelta para que la dignidad de tantos gallegos vuelva a resplandecer limpia.
En Valencia, también como en Galicia, deberían de unirse con fuerza las personas honestas que, sin duda, existen; sacudirse el borrón que nubla su luz mediterránea, y contribuir a la restitución de la decencia de la que estamos tan necesitados en España. Donde los pecados políticos contra el Sexto no son conocidos de momento como en Italia, pero el Séptimo que es igual de mortal, y arrastra la misma pena aunque ya no exista el Infierno, está más que borrado del código moral.

Pero si nos armamos de coraje
Impulsaremos un viento poderoso
Que aligere la pesadez del aire.
-------------

4 comentarios:

María dijo...

Muy bueno y atinado, querida amiga, como siempre. Un abrazo

Maria Jesus dijo...

Gracias amiga.Cuando alguien com tú se hace eco de mis preocupaciones y me lo transmite, mi ánimo se levanta un poco.Un bico.

Carmen Pérez Carballo dijo...

Hace años, cuando la juventud me hacía hervir tanto que me cegaba, creía que el caciquismo era exclusiva de Galicia. Mi tierra, la cuna del caciquismo, de la compra-venta de votos, chantajes, amenazas y demás. No es un alivio, antes bien una indignación, que con los años, el conocimiento y la sensatez que aporta la madurez, compruebo que ese caciquismo es internacional. Cada país lo aplica a su manera. Pero es. Y sigo hirviendo, aunque ahora... sin ceguera. Gracias por recordármelo en tu artículo-pensamiento-análisis tan acertado Mª Jesús.

Maria Jesus dijo...

Gracias a ti querida Carmen:Europa,mi amado continente, alberga tremendos casos de desverguenza, con Italia, la más rica para mi en arte,quizá la más bella, a la cabeza; y me duele, pero España... en este mi país nos desbordan las verguenzas.Y entre las mayores nuestra hermosa tierra, Galicia no le anda a la zaga a Valencia, aquello es una mafia absoluta.Aquí en Ourense dan ganas de llorar por la naturalidad con que se asume el caciquismo.Pero no todos ni todas lo aceptamos sin rebelarnos.Espero que la gente honesta tenga el valor de transmitir su repulsa con decisión