El 27 de noviembre tuvo lugar en Ourense la presentación del libro SI HABITAS EN EL VIENTO.
El acto se celebró en un lugar de gran tradición y belleza: en El Liceo de la ciudad.Un maravilloso marco de piedra trabajada que encuadra multitud de actividades culturales, que se desarrollan en absoluta y cómoda libertad.
Comenzó el turno de intervenciones La Concelleira de Cultura, Ana Garrido, que celebró con su cálida y cercana palabra el regreso de la autora a su ciudad de origen, y su contribución al quehacer cultural de la misma. Seguidamente, la periodista y actriz Mariluz Villar, hizo un detallado elogio de las cualidades literarias del libro y terminó recitando, con su gran sabiduría de rapsoda, el poema introductorio que aparece en el mismo.
María Lameiras, Vicerrectora del Campus de Ourense,hizo una ilustrada disertación sobre la trayectoria feminista de las protagonistas de la novela.Finalmente tomó la palabra su autora, para dar una visión sobre su contenido y el sentido de su título, además de agradecer emocionada la asistencia del numeroso público entre el que se encontraban muchas amistades suyas, además de sus queridas compañeras de la tertulia Literaria que se celebra los lunes en el mismo Liceo de Ourense.
Del acto de presentación del libro dieron cuenta textual y gráfica al día siguiente los periódicos La voz de Galicia y la Región.
Y para animar a que lo lean l@s seguidor@s de este blog, se incluye, además de esta reseña de la presentación, el poema con que comienza la novela.
Si habitas en el viento
espero que te llegue
el eco de mi pena
para que me consueles.
Si habitas en el viento
y todo lo conoces
sabrás donde me encuentro
acércate sin miedo
y muéstrame señales
de que estás en un cielo.
Mi alma agradecida
las guardará en secreto.
Como guarda tu risa
o el color de tu pelo
o tus palabras cálidas
prodigando consuelo.
Si habitas en el viento
acércate en mi sueño
y hazme saber que vives
feliz en el silencio.
viernes, 6 de diciembre de 2013
martes, 26 de noviembre de 2013
24 DE NOVIEMBRE:TODAS Y TODOS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Así se entendió en el campus universitario de la ciudad de Ourense, donde a lo largo del día 24, en la Sala Emilia Pardo Bazán, se celebró un faladoiro continuo sobre el tema.Lo que fue un buen instrumento educativo en la igualdad y el respeto al otro sexo que eso conlleva.
En el acto, al que se me invito a hacer una aportación, se leyó una trilogía de versos alusivos al tema de la violencia que había escrito en su día para estas conmemoraciones.
La trilogía de versos se llama EL COLLAR DESCUBIERTO, y el poema que se incluye, leído por mi en dicho acto se titula:
Recuerdo
Sonó suavemente el timbre
entornándose la puerta de cristal.
Con paso vacilante
y la mirada llena de congoja
traspasó aquel umbral.
Se detuvo un instante.
Luego se me acercó.
Con gesto grave y en silencio
desabrochó su blusa.
Mi mente estaba muy confusa.
¡Fue un instante!
El que tardó en recorrer con su dedo
un círculo morado
circundando su cuello.
¡Collar inequívoco y siniestro!
Señal de tormento cotidiano.
Cuando lo hubo mostrado
inclino la cabeza en señal de abandono.
Quise apartar los ojos
porque no quería verlo.
Cuando se fue... quise contarlo
y escribí estos versos.
Ourense 24 de noviembre de 2013
sábado, 26 de octubre de 2013
SI HABITAS EN EL VIENTO: mi último libro ha visto la luz
El día 22 de Octubre se
presentó en Madrid. Fue un acto emotivo y entrañable y de gran altura
intelectual, porque no pudo tener mejores padrinos, ni un público mejor
dispuesto a recibirlo.
El lugar, el IES ALAMEDA
DE OSUNA, que desarrolla un interesante programa de animación a la lectura. Un
centro al que la escritora dedicó hace bastantes años su esfuerzo desde el
Consejo Escolar y la Asociación de padres y madres.
Alberto L. Langa, en representación de la
Comunidad Escolar, presentó brillantemente el acto, sin dejar de lado sus
favorables impresiones y su detallada lectura del libro. La poeta y gran
profesional de la Medicina, María Sainz, hizo una deliciosa presentación del
mismo, desde el análisis del lenguaje a la narración, desde las emociones
descritas, a las sentidas con su lectura. Manuel Rico, premiado poeta y
escritor, crítico literario de Babelia, puso el contrapunto con un sólido
análisis de la estructura y contenidos, con una excelente valoración de la obra
presentada.
Este libro es una historia real de amistad
entre la escritora y una gran amiga fallecida. Entre el público se sentaba la
familia y amistades de esta última, entre las que se encontraba la conocida
novelista Marina Mayoral, a la que también se alude en el libro. Vecinos,
amigos y familiares de la autora, así como miembros del movimiento asociativo
del Distrito, y público llegado de otros puntos de Madrid se emocionaron con
las intervenciones y reclamaron la firma de la autora de Si habitas en el
Viento, que pudo cumplir el sueño de rendir un bello homenaje póstumo a su
amiga.
Por supuesto la escritora intervino también al
final del acto, y del contenido de sus palabras se transcribe aquí un texto
leído al final de la intervención, que pudo ser pero no es el final del libro,
pero sí es, como toda la obra, un dialogo entre ambas protagonistas.
..... “También se
puede terminar un libro utilizando algún tópico, ¿por qué no?
Es sabido y se dice con
frecuencia que quién tiene un amigo tiene un tesoro. Se utiliza siempre en
masculino, pero tú ya sabes que siempre estoy al quite en cuestiones de género
y ninguna de las dos queremos que el lenguaje nos haga invisibles. Así que, por
coherencia, digo que quien tiene una amiga tiene un tesoro. Aunque deba añadir
de inmediato que cuento con varios tesoros de diferente sexo. Unos están más
cercanos y otros a cierta distancia, pero todos ocupan un hueco importante en
mi vida y en mis afectos. Aunque hasta el día de hoy, y no sé cuanto me resta
de existencia, ninguna amistad ha sido tan larga como la tuya, que ha durado
más de cuarenta y cinco años, hasta que la rompió la muerte.
Al alimón hemos estudiado, nos hemos enamorado de nuestras
parejas, hemos creado nuestras familias .Hemos reído, llorado y compartido
nuestros avatares y hasta nuestras ideas. También tiempo de ocio de distintas maneras.
Nunca nos hemos fallado, ni hemos tenido celos ni recelos de otras amistades.
Siempre nos fuimos leales. ¡Qué suerte hemos tenido!”
martes, 11 de junio de 2013
¡QUÉ PAPELÓN SEÑOR MINISTRO DE JUSTICIA!
Además de servir a las ideas reaccionarias de una secta le ha tocado orquestar una cierta ceremonia de la confusión.
Volver a enredarse a estas alturas, y de paso enredar a toda la ciudadanía, en algo ya resuelto como el tema del aborto, una situación dramática a la que las mujeres tienen a veces que enfrentarse por necesidad y no por gusto, huele a tufillo rancio de guiso de pobres, algo a lo que ya nadie quiere retroceder.
Precisamente cuando la sociedad vive inmersa en una larga pesadilla de recesión de fin imprevisto, cuando las gentes humildes están abocadas a la exclusión social y las clases medias caen en la pobreza, cuando una crisis brutal enseña todas sus garras y las instituciones se revelan frágiles o ineptas cuando no corruptas, el Ministro de Justicia que debería esforzarse en modernizarla y hacerla efectiva, intenta dificultar más la vida de las mujeres que ya cargan con un incremento de responsabilidades familiares que los servicios públicos han dejado de cubrir.
Pretende el Señor Gallardón distraernos de la gravedad de la crisis, que su gobierno acentúa con ineficaces medidas, agitando la bandera de la defensa de la vida. Pretende, en principio, distraer a sus propias votantes que también se ven afectadas por la situación y amarrar su voto presentándose como abanderado de sus valores.
Pero se equivoca el Ministro, porque esas mujeres también interrumpen su embarazo en situaciones perentorias y aunque las más puedan salir a resolverlo en otros lugares de Europa habrá otras que ya no podrán permitírselo: sus sueldos también han sido recortados y tendrán que pagar facturas médicas por obra y gracia de su Partido, además de contribuir con sus medios a cuidar de sus mayores porque ustedes han abortado la Ley de Dependencia. No le van a quedar muchas fieles. Y las ciudadanas que no les han votado ni nunca les votarán quieren que todas las mujeres de este país, de cualquier ideología, puedan decidir libremente sobre su maternidad.
Quizá las mujeres conservadoras aún no hayan percibido los efectos de las políticas nefastas de su Partido, pero el tiempo es inexorable y los problemas derivados de sus decisiones las afectarán de forma similar al resto de las españolas. Y veremos entonces de que le ha servido agitar la bandera antiaborto a la hora de conservar el voto de sus fieles.
Pero lo malo no es que ustedes pierdan las próximas elecciones, porque visto lo visto sería lo deseable, sino que mientras se deshacen sus entuertos bastantes mujeres pueden morir o quedar estériles en manos de abortadoras de barrio. Y bastantes madres sufrirán el dolor y la carga de de tener hijos discapacitados sin esperanza ni calidad de vida, y sin las ayudas sociales que harían su calvario más llevadero. Muchas otras mujeres tendrán, además, que abandonar sus trabajos para cuidar hijos o familiares dependientes con lo que la familia resultará aún más empobrecida, y el panorama social que se nos avecina será como un retroceso a los primeros años de nuestra posguerra.
Pero no cante victoria Señor Gallardón: los primeros escollos ya le han aparecido. Y somos muchas las personas que no nos dejaremos atrapar por su señuelo, y aunque pelearemos porque su ley no salga o no se aplique no vamos a olvidar otras batallas, porque están destruyendo nuestro estado de bienestar para enriquecer a sus acólitos: tenemos fuerzas para oponernos a las políticas de su gobierno y a su proyecto de ley, Señor Ministro
Volver a enredarse a estas alturas, y de paso enredar a toda la ciudadanía, en algo ya resuelto como el tema del aborto, una situación dramática a la que las mujeres tienen a veces que enfrentarse por necesidad y no por gusto, huele a tufillo rancio de guiso de pobres, algo a lo que ya nadie quiere retroceder.
Precisamente cuando la sociedad vive inmersa en una larga pesadilla de recesión de fin imprevisto, cuando las gentes humildes están abocadas a la exclusión social y las clases medias caen en la pobreza, cuando una crisis brutal enseña todas sus garras y las instituciones se revelan frágiles o ineptas cuando no corruptas, el Ministro de Justicia que debería esforzarse en modernizarla y hacerla efectiva, intenta dificultar más la vida de las mujeres que ya cargan con un incremento de responsabilidades familiares que los servicios públicos han dejado de cubrir.
Pretende el Señor Gallardón distraernos de la gravedad de la crisis, que su gobierno acentúa con ineficaces medidas, agitando la bandera de la defensa de la vida. Pretende, en principio, distraer a sus propias votantes que también se ven afectadas por la situación y amarrar su voto presentándose como abanderado de sus valores.
Pero se equivoca el Ministro, porque esas mujeres también interrumpen su embarazo en situaciones perentorias y aunque las más puedan salir a resolverlo en otros lugares de Europa habrá otras que ya no podrán permitírselo: sus sueldos también han sido recortados y tendrán que pagar facturas médicas por obra y gracia de su Partido, además de contribuir con sus medios a cuidar de sus mayores porque ustedes han abortado la Ley de Dependencia. No le van a quedar muchas fieles. Y las ciudadanas que no les han votado ni nunca les votarán quieren que todas las mujeres de este país, de cualquier ideología, puedan decidir libremente sobre su maternidad.
Quizá las mujeres conservadoras aún no hayan percibido los efectos de las políticas nefastas de su Partido, pero el tiempo es inexorable y los problemas derivados de sus decisiones las afectarán de forma similar al resto de las españolas. Y veremos entonces de que le ha servido agitar la bandera antiaborto a la hora de conservar el voto de sus fieles.
Pero lo malo no es que ustedes pierdan las próximas elecciones, porque visto lo visto sería lo deseable, sino que mientras se deshacen sus entuertos bastantes mujeres pueden morir o quedar estériles en manos de abortadoras de barrio. Y bastantes madres sufrirán el dolor y la carga de de tener hijos discapacitados sin esperanza ni calidad de vida, y sin las ayudas sociales que harían su calvario más llevadero. Muchas otras mujeres tendrán, además, que abandonar sus trabajos para cuidar hijos o familiares dependientes con lo que la familia resultará aún más empobrecida, y el panorama social que se nos avecina será como un retroceso a los primeros años de nuestra posguerra.
Pero no cante victoria Señor Gallardón: los primeros escollos ya le han aparecido. Y somos muchas las personas que no nos dejaremos atrapar por su señuelo, y aunque pelearemos porque su ley no salga o no se aplique no vamos a olvidar otras batallas, porque están destruyendo nuestro estado de bienestar para enriquecer a sus acólitos: tenemos fuerzas para oponernos a las políticas de su gobierno y a su proyecto de ley, Señor Ministro
miércoles, 13 de marzo de 2013
MARZO 2013: EL TIEMPO DE LA EXIGENCIA
Hay muchos signos
de que las mujeres, en nuestra incorporación a la vida pública, nos conducimos
según los patrones masculinos, quizá porque al principio parecían casi el único
modelo. Al ser capaces de ello la Igualdad
quedaba fuera de toda duda: hacíamos lo mismo, tomábamos las mismas
decisiones y adoptábamos las mismas actitudes. Pero, ¿ganamos algo de este modo
como mujeres?. Sin duda los ejemplos que conocemos de aquellas que han logrado
unas metas altas de poder político o económico las obligan siempre o a un doble
esfuerzo o a grandes renuncias, y siempre necesitan la ayuda o el apoyo de
otras mujeres, en calidad de profesionales o en solidaridad familiar.
En el camino
hacia la independencia personal, y mucho más en el del poder, las mujeres vamos
pagando muchos peajes, con gusto o sin él, pero algunas cuando llegan a
determinadas metas lo olvidan, tal vez porque lo alcanzado les satisface, y una
vez situadas tienen que dedicar todos sus esfuerzos a demostrar que se merecen
lo conseguido y a resistir los empujones. ¿Excusa todo eso a nuestras líderes
de la tibieza mostrada en la solidaridad con el resto de sus congéneres?. A mi
parecer, no. Porque ninguna se debe solo a sí misma. Sin dudar de sus méritos
personales, y aún poniendo énfasis en ellos, mayoritariamente han tenido
grandes apoyos y ha sido mucho lo que hemos luchado todas para que fueran
visibles, especialmente en Política. Las metas personales no son suficientes,
una vez conseguidas llega la hora de la exigencia. También para todos los
políticos, que parecen no percatarse de esta circunstancia, pero ha llegado
especialmente para las mujeres, y además la hora de establecer pautas propias
de actuación, de crear su propio modelo. Y no pueden descuidar un momento su
atención de cuanto pueda ser nocivo para todas las demás: desde la limitación
de oportunidades hasta el menoscabo de su dignidad.
Las mujeres de
pensamiento progresista sabemos que muchos compañeros de ideología olvidan
algunos de sus principios cuando les domina la pasión por el poder, pero en
eso, como en muchas otras circunstancias, no podemos seguir reproduciendo su
modelo. Cuanto más cuando este ha sido puesto en entredicho por buena parte de
la opinión pública.
La negligencia o
el poco entusiasmo en la defensa de los valores que nos son propios como
mujeres, como progresistas y como feministas, nos alejan irremisiblemente de
quienes nos dieron su confianza, su apoyo y sus votos. Y no podemos eludir tan
tremenda responsabilidad.
Las mujeres
siempre hemos estado muy cercanas a la realidad cotidiana, a esa realidad ahora
tan cruda y doliente para los más débiles y entre ellos muchas de nuestras
congéneres. Si el poder nos hace olvidar esta cualidad de cercanía, de
respuesta rápida y práctica a los problemas concretos, estaremos desperdiciando
una característica preciosa del que debería ser nuestro modelo. Y es la hora de
que el modelo femenino se abra camino en la esfera pública y aportemos nuevas
formas de actuar.
Estamos en la
hora de la exigencia, es el momento de la generosidad, de la solidaridad, de la
concreción y del valor para arriesgar lo propio en pro de lo socialmente justo
y de lo eticamente correcto.
Las mujeres
socialistas han luchado mucho en estos años de democracia. Nadie ha hecho más
esfuerzo. En esa carrera unas se han situado en primera fila y muchas otras
siguen esforzándose en la retaguardia, y dándoles su apoyo, y esto las obliga a
corresponder, a ser las primeras en dar la cara en la lucha, en la protesta y
en la denuncia.
Muchos y muchas
progresistas estamos dolidos/as por la lenta e ineficaz respuesta a lo ocurrido
hace poco en Ponferrada. No hemos escuchado las voces de nuestras líderes
oponiéndose, resistiéndose y condenando tan bochornosos episodio. Solo hemos
percibido su tibieza, su cierre de filas y hasta su miedo a perder el favor de
sus compañeros, a quienes no dejamos tampoco de reprochar sus errores y malas
soluciones que tanto les alejan del sentir social. Pero de las mujeres no
esperábamos esa actitud, porque precisamente están ahí para hacerles aterrizar
en la realidad. No para hacerles coro. Y esto lo demandamos más cuanto más las
hemos apoyado, cuanto más fieles somos a un proyecto y cuanto más nos importa
que se recupere el rumbo perdido, porque la gente ya no transige, ya no perdona
ni olvida ni se conforma con las apariencias ni con las palabras más o menos
bien urdidas, ni con las soluciones poco claras. Hay que despertar, porque ha
llegado un momento maravilloso para la calidad política: el momento de la
exigencia. Si las mujeres políticas no responden a ella no durarán mucho,
porque nadie las considerará necesarias aunque la paridad sea de justicia
democrática.
viernes, 25 de enero de 2013
ME DUELE MI PAÍS
Este Blog lleva
meses en silencio no por falta de ideas sino por la fatiga de tantas lágrimas
invisibles, de tanto dolor callado como me producen las dolencias que sufre mi país.
España está tan
gravemente enferma que por momentos paraliza las palabras, las plumas y los
teclados de la gente responsable.
Los
acontecimientos y la zozobra económica y política de las semanas prenavideñas
me deprimieron en alto grado. Me paralizaban cada vez que intentaba desarrollar
una idea entorno a un tema, porque al instante aparecía otra noticia más grave
y desoladora, y se superponían las ideas unas a otras en mi cabeza, se me atropellaban las palabras, y surgían
otros argumentos que corrían hasta mis dedos para traducirse en signos. Acaba
exhausta. Abandonaba la tarea y me iba al sofá después de cerrar las persianas,
a rumiar mi decepción en la oscuridad y el silencio buscando la paz y el
olvido de tanta lucha frustrada. De la lucha frustrada de tantas personas que dimos lo mejor de
nosotras mismas para poner un grano de arena en la construcción de una sociedad
y un mundo más justos. Todos los logros se derrumbaban.
La miseria y
cuanto conlleva de angustia y de dolor se hacían brutalmente patentes ante los
anuncios de las Fiestas.
Pero, pasado el
paréntesis navideño, la depresión se transforma en rabia y siento que todo me
empuja a luchar con las palabras. Que se ordenan las ideas, que la quietud y el
silencio no me llevan al olvido de las desgracias. Porque debajo de tanta ruina,
la corrupción brota en chorros múltiples de hedionda sustancia.Y sigue
expandiéndose mientras nuestros hijos o sus amigos, tan preparados y
trabajadores, pierden o temen perder su trabajo; muchos se van a otros países
como los que buscan su primer empleo. No sólo se van los más jóvenes, se va
mucha gente en el mejor momento de su rendimiento profesional, que ve como se
derrumba una vida que parecía cimentada en años de estudio y de trabajo. Se van
también los que vinieron de otras tierras en busca de pan y esperanza, como
otrora hicieron los nuestros emigrando; regresan a sus países con las orejas
gachas, porque miseria por miseria optan racionalmente por volver con los
suyos.
Los recortes a
los pilares del estado del Bienestar hacen que éste se tambalee peligrosamente.
También se disminuyen y además estiran en el tiempo los presupuestos de I+D.
Los científicos están desolados porque ven peligrar sus proyectos y las
posibilidades de que este país remonte.
La Justicia está
en manos de un integrista, y si ya nos tenía descontent@s,
ahora hasta los propios Jueces descalifican las medidas del Ministro Gallardón.
Y en medio de todo esto su familia política ha pagado a muchos de sus
dirigentes sobresueldos sustanciosos. Sus caciques crean redes clientelares:
compran votos con puestos de trabajo innecesarios, en los que funden el dinero
público destinado a las necesidades de los ciudadan@s.
Dejan en herencia, además, los cargos a sus hijos, como si de un bien propio se
tratara. Otros construyen aeropuertos con estatuas que les perpetúen, aunque no
haya tráfico de aviones. No importa, los prestan para que entrenen pilotos
amiguetes, y abrazan tiernamente a sus nietos mientras le muestran el aeropuerto
“del abuelo”... y el monumento. Pagado todo con dinero de nuestros impuestos.
¡Siento náuseas! Menos mal que los pájaros se aliviarán encima de la estatua,
es lo único que me consuela.
En otras
opciones políticas menudea la sinvergonzonería cerca de los restos de poder,
atrapando lo que aún quedan de la tarta, y como estamos en la inopia no los
vemos hasta que nos los señalan. ¡Qué fácilmente nos engañan! Y aclaro que lo
digo sin ironía. Da la impresión de que somos cínicos o cándidos y que no hay
término medio. La militancia honrada se abochorna, se anonada o se indigna.
Quiero gritar a
quién me escuche que a la gente honesta nos interesa la calidad más que el
número, que queremos a l@s mejores, no a los listill@s. Que empiecen ya con una
limpieza a fondo. Sobra mucha gente. Que no importa ser pocos, que hay que
mirar con lupa... y esto se lo digo a
los míos... a los que quedan, porque
los ineptos y los que se pringan no me interesan y no los siento parte. No hará
falta esforzarse para descubrir trepas. Siempre fue fácil, y ahora que hemos
perdido toda la ingenuidad, que se nos deben de haber caído todas las vendas,
como además l@s arribistas no tienen vergüenza,
bastará con rascar un poco con la uña del meñique. Y daos prisa, el tiempo de
la duda se ha acabado, porque la gente decente de este país ha perdido la
esperanza y, como a mí, le duele su país.
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